jueves, 25 de febrero de 2021

OLORES

Me cuesta dormir. Y cuando lo consigo me despierto frecuentemente. Inquieta. Alerta a las llamadas de mi cuerpo. Comprendo que el brote está descontrolado, que por más dosis de antihistamínicos no conseguirás mejorar. Siempre la misma y estéril lucha.

-¡Ay carita de luna llena! - No lo rechaces, no  te resistas no te resignes, simplemente... acéptalo. En estos  momentos pandémicos nadie  entiende tu sufrimiento cuando hay un tratamiento eficaz, efectivo y eficiente... ¿Qué dudas?. 

Apenas termina el sabor amargo del corticoide en mi boca, comienzo a sentirme bien. A media mañana me siento activa y con fuerzas. - ¿Para qué sufrir sin necesidad?. Los efectos secundarios tardarán en manifestarse. La pandemia nos obliga a centrarnos más que  nunca en el aquí y ahora. Esta noche no dormiré bien. Prepárate.

13 de Febrero de 2020

Todavía  despreocupados por la pandemia que nos parecía lejana y ajena (como la muerte, eso que les pasa  a otros y en países lejanos)  aunque tengo en mi  diario a finales de Enero la historia de Cristian que remití a urgencias con diagnóstico de  "infiltrado  bilateral"... el bicho ya estaba entre nosotros ?

Hoy ha venido Fernando a la consulta. No recordaba que se quejaba de anosmia y le pedí una radiografía de senos. Su presencia y atención en la consulta me inquieta. Me perturba. Esa dificultad para "llegar a él", la limitación en el lenguaje. Esa parquedad de palabras. Escasas, sonsacadas y  además....El olor a pies.  Ese olor que impregna mis fosas nasales, anestesia mi cerebro y anula la utilización de la consulta por un tiempo. La ventana abierta de par en par no logra desprenderme de ese olor pegadizo que será mi compañía toda la mañana.

-¡Es verdad!  me comentaste que la gente se quejaba de tu olor a pies y no  lo  entendías...

Conozco poco su situación social, nunca se abre a preguntas. Conozco sus antecedentes de alcoholismo, por los ingresos hospitalarios, de la separación de su  mujer -¿ Qué fue primero, el  alcoholismo  o  el olor a pies?-  Sé de su situación de desamparo, abandono, desidia. Creo que ha estado en situación de "calle". Su  familia  biológica, tampoco lo  acogía.

Cuando  le pregunté en una ocasión por su vida, me contó que por las mañanas cuidaba de su hijo, mientras la mujer trabajaba. Se quedaba con él hasta la hora del  cole. Un apaño. Estaba con su  hijo, desayunaba, descansaba, se aseaba...  y se ahorraban la guardería. 

-¿Quién no se va más tranquilo a trabajar sabiendo que tu hijo está cuidado por su padre?

Plan perfecto. 

Pregunto a Fernando por el consumo de alcohol.

- Hace tiempo que  no  bebo

Por su trabajo.

- Reparto propaganda.

Siento el  olor penetrante de sus pies y pienso si su mujer y su  hijo le comentarán algo..

- ¿Sigues  cuidando a tu  hijo?

- No, ya  no...

- Es verdad ¡Que ya será  mayor !

- No...no...

Miro su cara hasta ahora inexpresiva, intentando evitar una traicionera lágrima.

- ¿Malas relaciones?

- No... mi hijo  murió.

Estupor en mi rostro.No puedo  llenar el espacio vacío con preguntas...Silencio.

- Se suicidó. Mi  hijo se suicidó hace más de un año.

- ...

- ...

- ...

-Un día cogió su cinturón y se ahorcó.

El dolor de corazón suaviza el mareante olor a pies. No encuentro palabras de consuelo, de alivio, de esperanza...no encuentro  nada en mi paralizado cerebro. Sigo parada y callada, callada, callada por una eternidad hasta que de mi  acogotada garganta se desprende  apenas un susurro.

- Fernando, lo siento. Lo siento  mucho... Todo  mi  cariño. Si  te puedo  ayudar ...

Sale de la consulta. Abro la ventana. Necesito el aire para respirar, para hinchar mis pulmones estrujados por el  dolor.

- ¿Qué  fue  primero ?

- ¿Cómo escribir la vida de ciertas  personas ? Con dolor, mucho  dolor y entonces...el olor  a pies no  importa



                                             https://www.youtube.com/watch?v=7TV0vXMVzkc




sábado, 20 de febrero de 2021

LOS TIEMPOS ESTÁN CAMBIANDO

 

     Reuníos a mi alrededor gente, por donde quiera que vaguéis, y admitid  que las aguas de vuestro alrededor han crecido, y aceptad que pronto estaréis calados hasta los  huesos. Si el tiempo es algo que para vosotros vale la pena conservar entonces mejor que empecéis a nadar, u os hundiréis  como una piedra porque los tiempos están cambiando.

Bob Dylan 1963


Cuesta la cotidianidad. La rutina. El día de la marmota eterno en el  que nos tiene sumidos la pandemia. Harta de sacudir los sofás, de ahuecar los cojines. Cansada  de aspirar por las alfombras los cientos de pelos blancos  de Milka. -¿De Milka?- Por el tamaño puede ser, por el color dudo, por la longitud lo confirmo - son míos - No se puede ocultar el descalabro en mi cabello. 

Carita de luna llena -¿Cómo te rascarás los flamantes habones cuando lleves peluca?-

Pasan las semanas, los meses...pasa la vida. Se hace pesado el confinamiento. 
Todo el tiempo libre que añoraba para las miles de tareas pendientes, esos libros por leer, el cómic por pintar, el masaje  del cuerpo, los largos paseos ...se transforman en la mente en una pereza infinita. No hay ánimos. Tampoco apetece cavilar en proyectos nuevos.  Seguro que la COVID los destruirá.

 El soporífero sofá me imanta, dormito con el amigable sonido de la televisión de fondo. Mezclo  sueños, series y películas. Realidad y ficción. Candela Peña con Jordi Hurtado. Es lo bueno de estar impregnada de antihistamínicos. El sueño viene sin buscarlo. La realidad se enlentece. 

-Bien, gracias a la medicación.

Cuesta la cotidianidad. Los tiempos están cambiando.


Con frecuencia tengo la sensación de que el demonio se alía con nuestras peores intenciones, o con las más fuertes de nuestras debilidades.
                                                    "Sábado, domingo " Ray Loriga






 

martes, 16 de febrero de 2021

MILAGROS


11 de Febrero 2020

Paseo por las calles como en una nebulosa. No  miro al  suelo. Sólo dejo que me distraigan los olores que emanan de las casas, de los parques, de las aceras...

Por la noche, en mis atropellados paseos  con Milka, me hipnotiza  el olor a huevos fritos, a leña de estufa y chimenea, a coliflor hervida.

Y por las mañanas, en mis precipitados domicilios de última hora. Ávida por terminar el trabajo y volver a casa, juego a adivinar  lo que comerán ese día los vecinos , a identificar  los olores que se escapan por las puertas, ventanas, ascensores...mientras mis tripas reclaman su cuidado.

Un azote brutal al atravesar el  pequeño parque cercano al Centro de Salud. Época de preparar la primavera. Montañas  de estiércol preparado para ser diseminado y  expandido por los jardines colindantes. 

- ¡Menuda bofetada!- Espero que el olor no se cuele por las indiscretas rendijas de las paredes ni enturbien el sabor del  caldito caliente de la comida.

La casa de Milagros, como un milagro. Impoluta por fuera, como si nadie la habitara, como si el polvo también hubiera decidido escapar de tanta tristeza.

Mierda de duelo eterno!. 

Nunca se resuelve la pérdida de una hija. ¡Nunca!

Por mucho que disfraces el sufrimiento en miles de dolores ilocalizables en tu geografía corporal. Por mucho que intentes disimular, con cientos de ambientadores y perfumes dispersos por toda la casa, el olor rancio y caduco de los últimos cigarrillos encendidos. Por mucho que las fotos alienadas en la gigante mesa del comedor, expongan caras luminosas de niños sonrientes, en días de sol y playa... no pueden ocultar que la mesa señorial  hace mucho que no se usa. Que nadie se sienta a su alrededor, que nadie cambia las fotos ni las observa. Que su presencia duele ...

¡cualquiera tiempo pasado fue mejor!

Que ya he aprendido que antes de  verte tengo que enfrentarme a mis miedos y angustias. Al  agotamiento. Al no puedo más. A entender cómo se vive arropada en la cama, las persianas bajadas, los ambientadores a toda potencia. La cara llorosa. Las manos temblorosas. Enfrentarme a un ficticio dolor  físico que no llega a ser suficiente para anestesiar el dolor del alma.

Una hija perdida.

En plena juventud.

En plena belleza.

En plena vida.

Y no. No hay pastillas, por mucho que las mezcles, las cambies, las amontones. Te las tomes solas o acompañadas que aminoren la tristeza de tu corazón.

No tengo palabras. No  tengo  argumentos. No  tengo respuestas ni soluciones. Pero te calma mi fonendo en tu corazón alborotado. Como si una corriente de energía te traspasara  y te permitiera hablar. Respirar. Descansar.

Te gusta la rutina y parsimonia  de la exploración, que tome tu tensión, que escuche tu pecho, tu pulso, tu temperatura. Aunque sabes que no  encontraré ningún dato alterado. Ningún número extraño. Ningún dato de alarma. 

Pero te complace.

Sólo mi voz y  mi presencia, acogiendo tu temblor, tu miedo, tu angustia.

Sólo mis manos, subiendo las persianas, levantándote, acercándote a la luz del mediodía, para que te empape. Para que recuerdes que eres luz y  vuelvas a casa. 








                                             https://www.youtube.com/watch?v=be8YuyneES4


domingo, 14 de febrero de 2021

14 de FEBRERO




 ¡Ay, carita de luna llena!  Llevas días negándolo, tomando pastillas erráticamente, como si fuera algo pasajero o un mal sueño. Como si esas pequeñas manchas, más planas y pequeñas, no significaran nada. No  fueran contigo.

Pero hoy, hoy, ya no puedes negarlo. La pesadez de cuerpo. Ese cansancio perezoso que reconoces distinto a todo. El disconfort , esa desazón continua y angustiosa, esas marcas delatoras que atribuyes a la ropa apretada...Nada. No es casual. Se llama brote, se llama continuidad, se llama Urticaria Crónica Idiopática, se llama enfermedad.

Te levantas como un ecce homo. Los chivatos habones marcando cara y cuello te delatan. ¡Traidores! 

El desplome generalizado,el peso de este cuerpo caduco, la melancolía del día, la tristeza   por la marcha de Carlos mañana. -¡Qué rápido pasan los días! - y sobre todo, el  miedo, nuevamente el miedo controlando tu vida,  revivir los peores momentos, vuelta  a la agotadora medicación, a los efectos secundarios de los corticoides, al fracaso del Omalizumab. A la rendición de mi cuerpo. A ignorar los pensamientos mortales de mi cerebro.  

Intento una meditación de calma, intento mantener el aplomo. Pensar positivo , pero rápidamente el lado oscuro de mi yo, se rebela. Se rebela ante la tozudez de la realidad y la incertidumbre del futuro. Y, de pronto, en la inmensidad de Tweets.


" Esta mañana, pensé que mi cuerpo, ese compañero fiel, ese amigo  más seguro y mejor  conocido que mi alma, no es más que un monstruo solapado que acabará devorando a su amo "

                                                           Memorias de Adriano 

                                                                                            Marguerite Yourcenar

Pero, así es twitter, alguien manda un retweet.

"Esta mañana tu cuerpo sigue siendo templo de abrazos, imagen que te significa, reflejo de luz tan generosa, saludándote en colores, que ni la sombra de tus miedos termina con tu vida."




https://www.youtube.com/watch?gl=CO&hl=es-419&context=C31db17aADOEgsToPDskJV8W4iKrF-3RWiePUtMPRI&v=6NXnxTNIWkc

jueves, 11 de febrero de 2021

TERAPIAS




¡Oye, carita de luna llena!  ¿Cómo se puede escribir en estos momentos de otra cosa que no sea de la pandemia?.

Escucho la presentación de Julio LLamazares en FCS "El valor terapéutico de la escritura". Su voz pausada  y hasta diría escandida, me relaja como las mejores respiraciones profundas de mis meditaciones.

¿Razones para escribir?

Tantas como personas, creación, exploración, profesión, ocio...pero, ¡Ay carita de luna llena! hay razones LENITIVAS, bonita palabra derivada del latín, que ablanda, alivia, mitiga, calma. Esa razón me gusta, que lame las heridas. El poder terapéutico de la escritura. Acto catártico de sanación, de purga emocional, de descarga de dudas, miedos, temores...BÁLSAMO.

Es mi Bálsamo de Fierabrás, Fier-a-bras el "de brazo feroz", el remedio que todo lo cura, que todo lo purga. Sólo seguir la receta y decir a modo de ensalmo  “más de ochenta paternoster y otras tantas avemarías, salves y credos, acompañando a cada palabra una cruz a modo de bendición” 

¿Qué sería de mí si no escribiera?

Para mí es una NECESIDAD para poder soportar la enfermedad. Para poder soportar la enfermedad en esta dura y prolongada pandemia. COVID 19

Porque al final, dejaos de tonterías, la humanidad se divide en dos tipos de personas, los SANOS y los ENFERMOS. Todo lo demás son divisiones aleatorias sin sentido.

-¿Verdad Mari Carmen?, ayer no nos conocíamos y posíblemente ni me recuerdes ni signifique nada en tu vida. Llegaste pronto  por la mañana. Yo estaba de "interior"

- Vengo a por la baja - 

Me tiraste en la mesa el informe de urgencias donde habías consultado de madrugada, para que no dudara de tu dolor. - Dolor de hombro derecho. Dexketoprofeno 25 cada 8 horas- 

Tu inquietud y desazón implorando - Póngame algo para el dolor - me obligó a dudar de un diagnóstico tan sencillo. Tras una exploración anodina y el presentimiento de " hay algo que se me escapa..." te pinchamos un antiinflamatorio IM y te realizamos un EKG.

¡Sorpresa! S1 Q3 T3. Abreviatura de posible Tromboembolismo Pulmonar. 

- Tengo que  mandarte a urgencias otra vez.

- Pero doctora, si ya no me duele...

El orgullo del posible y brillante diagnóstico, la templanza del acierto del EKG, dura poco ante las pruebas solicitadas en la urgencia y la visualización del diagnóstico,  masa pulmonar derecha sugestiva de neoplasia pulmonar.

Pienso Mari Carmen, que no me recordarás y si lo haces ni siquiera será con  agrado. La doctora que inició el desenlace. Que cambió mi vida en unos  minutos. Ayer sana. Hoy enferma. Ayer me dolía el hombro. Hoy me duele el alma.

- ¿Ves Mari Carmen? Necesito escribir. No vivo para escribir. Escribo para vivir.










 

martes, 9 de febrero de 2021

FEBRERO


 Hoy el frío da paso a una abrumadora lluvia que no muestra ninguna vergüenza en manifestarse con fuerza. Termino apurada la consulta, me siento más telefonista cada día. 
- Buenos días, le llamo del centro de salud, soy la doctora ¿en qué puedo ayudarle?
-Pero señorita, yo quiero hablar con el doctor...
Al menos  hoy las líneas telefónicas se han portado. No he convulsionado en exceso.    
Mis compañeros se pondrán la segunda dosis de vacuna.
Yo no me vacuno.
El alergólogo aconseja esperar. Mi cocktail inmunológico es imprevisible.
Si la pandemia es una ruleta rusa, mi revólver está a tope de balas.

He quedado en visitar a Iluminada. Aviso que vayan comiendo. Llegaré tarde. 
- Como siempre - 
La lluvia que durante toda la mañana me ha parecido tan romántica, se convierte en  una cabronada. Cavilo dónde aparcar para no llegar escurriendo agua hasta en el fonendo.
-Tranquila, carita de luna llena, tu marido previsor puso un elegante paraguas en el maletero. No te mojarás.
Aparco relativamente cerca, pero con lluvia 300mts es una inmensidad. Y con la que cae, un océano. Buena idea el paraguas a mano.
Veo a Iluminada y a su atento marido. Antes, me tienen que dar una toalla  para secarme hasta el pensamiento. Me agradecen la visita. Una novedad y celebración en esta dura pandemia. Me ofrecen  bombones. Saben que soy chocoadicta. 
Salgo contenta, con el dulce gusto del bombón prohibido. - 
- No comer nada en lugares extraños.
-¡ Doctora, no se olvide el paraguas!
Ya en la calle, el fantástico paraguas se resiste a abrirse. Se da la vuelta. Caprichoso y flexible modelo. Me arrastra. La capucha del abrigo me tapa los ojos. La mascarilla empapada de lluvia, se clava en la parte inferior de mis ojos. Las gafas se empañan. No veo nada. No puedo avanzar. Me recuesto en la pared. Recuerda ser compasiva contigo en este aciago momento. Respiro lentamente. Aspiro lluvia y  mascarilla. Alguien me mira con cara de lástima.
-Pues lo estoy pasando fenomenal. Nunca me he sentido tan viva. Estoy para un instagram.








FEBRERO


Ustedes tienen los relojes, nosotros tenemos el tiempo.

                   Proverbio Afgano

Avanza Febrero con la misma parsimonia que avanzan mis habones. 

Mes corto, pero intenso. Este año comentan la particularidad de las semanas perfectas: cuatro lunes, cuatro martes, cuatro miércoles...

¡Febrero! mes corto, pero  jodido.

Recuerdo una de mis primeras clases de spinning. Dos de Febrero del 2014. Acababa de morir  Philip Seymour Hoffman. Sobredosis.

La escena era absolutamente cinematográfica. Un pequeño departamento en un callejón del West Village, New York. Afuera, noche y frío: febrero azotaba. Adentro, un cuerpo tirado en el baño, en calzoncillos, y una jeringa todavía colgando de uno de sus brazos.

 La jeringa colgando,  las gafas puestas, la soledad observando.

¡Febrero! mes corto, pero maldito.

Chusé Izuel, 27 de Febrero, en la efervescente España preolímpica, decide tirarse  por el balcón después de otra noche sin dormir. Todo sigue tranquilo, Chus, sigue tranquilo. Se te escurrió el  amor entre los dedos.

Febrero! mes corto, pero difícil.

Sylvia Plath, 11 de Febrero 1963, causa de la muerte: intoxicación por monóxido de carbono. Mejor que explicar que metió la cabeza en el  horno. El  estómago lleno de somníferos. Los niños alejados de la cocina. No olvidó  llevarles el desayuno a la cama. Dicen que ese invierno fue duro...Incienso de muerte. Tu día se acerca.

Pedaleo con rabia. "The Cure" me transporta a un callejón del West Village neoyorquino y recuerdo a Philip, en su  fabuloso papel de hijo en "La familia Sauvage", cuando seriamente le preguntaba  a su padre cinematográfico por el destino  de su  cuerpo al morir. 

     - Qué hacemos con  tu  cuerpo Philip?-

Pedaleo, pedaleo, pedaleo, más por orgullo que por ganas. Nadie apostaba por mi capacidad en la bici cuando  me inscribí al curso.

"The Bangles", culmina la clase, vuelvo a mis 18 años "Walk like an Egyptian, eo, eo, eo ..."

"La vida es una enfermedad de transmisión sexual de desenlace inexorablemente mortal de la cual  TODOS estamos contagiados"

viernes, 5 de febrero de 2021

FILOMENA


 Filomena, pasa
 por Madrid y la tiñe de blanco. La sorpresa y belleza de la nieve virgen del primer día iluminó nuestro espíritu. Niños con mascarillas empapadas modelando narigudos  muñecos.
Bolas descabaladas por los aires.
Locas carreras en improvisados trineos derrapando intrépidamente por las calles más  empinadas del pueblo, convertidas  ahora en pistas de esquí. Gozo y disfrute que  se convierte en un caos pocas horas después en una ciudad convulsa y multitudinaria como es Madrid.

Primero la COVID, luego la urticaria, más tarde la borrasca, y anoche unas ladinas y pérfidas  ronchas que asoman coquetamente por tu  cuerpo. 

¡Ay,carita  de luna llena! La vida es un no parar. La realidad se impone tozuda y te recuerda machaconamente que "no somos nada" y menos con este cuerpo, y menos con esta piel que habito.

Pasa Filomena y pasa San Sebastián, 20 de Enero, ilustre fecha en Brunete que honra con gran boato, despliegue de eventos y  solemne desfile  de autoridades políticas, eclesiásticas, sociales y de rancio abolengo a su santo patrón. 

El año pasado la procesión, camino a la ermita,  con toda su ilustre corte, banda de música, banderas ondeantes y uniformes beneméritos, me sorprendió paseando a Milka con mis habituales pintas caseras  de chándal casposo y zapatillas  rastreras.
Entonces no sospeché la importancia de este lugar en mis rutinas confinatorias.

Este año no hubo procesión.

La entrada a la ermita está presidida por una imagen del santo impresa en  coloridos azulejos. Un San Sebastián con cara de pocos amigos y un hombro dislocado, secuelas de una mala planificación del maestro artesano, contrasta con la talla del santo que preside la capilla, un  hermoso y amanerado joven con la mirada perdida y  el cuerpo atravesado por una bandera de España, cual Miss Verbena engalanada para  las fiestas del pueblo.
Nunca sabré el  origen de la devoción por este mártir en Brunete. Asaeteado y apaleado  por el ejército romano en el año 288, y actualmente  icono gay. Pero además acabo de descubrir que la tradición cristiana lo convirtió en un protector de todo lo relativo a la piel. PIEL, HE OÍDO PIEL. 

Ya tengo patrón. Mi piel tiene protector. Factor extrem. Con flechas y todo.
-¿Dolerán tanto sus heridas como  mis habones?

Durante el confinamiento, el único paseo que me permitía el ánimo y las autoridades competentes, era el descampado que rodea la ermita. Alguien decidió cerrar el parque de perros ! 

Cada noche, observaba la inmutable paz de la capilla, la lenta descomposición de los claveles rojos y blancos a los pies  del santo, el pan bendito  colgado en la rama de olivo disimulando  su putrefacción, y sobre todo, sobre todo, la infinita manada de mosquitos revoloteando infatigables alrededor de la lámpara del techo. 
Cada día imaginaba el confinamiento involuntario de todos esos mosquitos y sus posibilidades de supervivencia. ¿Se comerán el pan, los claveles, el olivo seco o la banda del santo?. Contarlos se convirtió en una obsesión. En los últimos días me costaba visualizar alguno volando. 
- Así terminaremos todos - pensaba - si esto dura mucho. Como los mosquitos. 
¡Qué irónico! Algunos ni siquiera creen que exista el  virus.
 
La rutina y familiaridad con el santo termina en plegarias y súplicas nocturnas por la dolorosa y prolongada situación pandémica. 
-Cuida  a Francisca - 
-Salva a Mariano-
Y ahora , cuando ni sabemos sobre qué ola estamos montados, tenemos a Fernando. El más joven, el más grave...
-Salva a Fernando, salva a Fernando, salva a Fernando !

Alguien limpió la ermita y retiró las mustias flores.
Alguien ha vuelto a llevar flores frescas y pan bendito.
Alguien ha vuelto a confinarnos.
No han cerrado el parque de perros, pero me asomo cada noche a contar mosquitos y calcular supervivencias.
-Así terminaremos todos. 

Seremos otros. Después de esto, seremos otros. Como personas, como sociedad, como humanidad. Humanidad compartida.
-¡Salva a Fernando! 




El RETORNO DEL JEDI o EL DIA DE LA MARMOTA

  12 de Junio 2024 ¡ Aaaaaaaaaaay, carita de luna llenaaaaaaa!, ¡Tiempo sin verte...! Siempre se vuelve, tarde o temprano. TOD@S. Tod@s vuel...