-¡Ay carita de luna llena! - No lo rechaces, no te resistas no te resignes, simplemente... acéptalo. En estos momentos pandémicos nadie entiende tu sufrimiento cuando hay un tratamiento eficaz, efectivo y eficiente... ¿Qué dudas?.
Apenas termina el sabor amargo del corticoide en mi boca, comienzo a sentirme bien. A media mañana me siento activa y con fuerzas. - ¿Para qué sufrir sin necesidad?. Los efectos secundarios tardarán en manifestarse. La pandemia nos obliga a centrarnos más que nunca en el aquí y ahora. Esta noche no dormiré bien. Prepárate.
13 de Febrero de 2020
Todavía despreocupados por la pandemia que nos parecía lejana y ajena (como la muerte, eso que les pasa a otros y en países lejanos) aunque tengo en mi diario a finales de Enero la historia de Cristian que remití a urgencias con diagnóstico de "infiltrado bilateral"... el bicho ya estaba entre nosotros ?
Hoy ha venido Fernando a la consulta. No recordaba que se quejaba de anosmia y le pedí una radiografía de senos. Su presencia y atención en la consulta me inquieta. Me perturba. Esa dificultad para "llegar a él", la limitación en el lenguaje. Esa parquedad de palabras. Escasas, sonsacadas y además....El olor a pies. Ese olor que impregna mis fosas nasales, anestesia mi cerebro y anula la utilización de la consulta por un tiempo. La ventana abierta de par en par no logra desprenderme de ese olor pegadizo que será mi compañía toda la mañana.
-¡Es verdad! me comentaste que la gente se quejaba de tu olor a pies y no lo entendías...
Conozco poco su situación social, nunca se abre a preguntas. Conozco sus antecedentes de alcoholismo, por los ingresos hospitalarios, de la separación de su mujer -¿ Qué fue primero, el alcoholismo o el olor a pies?- Sé de su situación de desamparo, abandono, desidia. Creo que ha estado en situación de "calle". Su familia biológica, tampoco lo acogía.
Cuando le pregunté en una ocasión por su vida, me contó que por las mañanas cuidaba de su hijo, mientras la mujer trabajaba. Se quedaba con él hasta la hora del cole. Un apaño. Estaba con su hijo, desayunaba, descansaba, se aseaba... y se ahorraban la guardería.
-¿Quién no se va más tranquilo a trabajar sabiendo que tu hijo está cuidado por su padre?
Plan perfecto.
Pregunto a Fernando por el consumo de alcohol.
- Hace tiempo que no bebo
Por su trabajo.
- Reparto propaganda.
Siento el olor penetrante de sus pies y pienso si su mujer y su hijo le comentarán algo..
- ¿Sigues cuidando a tu hijo?
- No, ya no...
- Es verdad ¡Que ya será mayor !
- No...no...
Miro su cara hasta ahora inexpresiva, intentando evitar una traicionera lágrima.
- ¿Malas relaciones?
- No... mi hijo murió.
Estupor en mi rostro.No puedo llenar el espacio vacío con preguntas...Silencio.
- Se suicidó. Mi hijo se suicidó hace más de un año.
- ...
- ...
- ...
-Un día cogió su cinturón y se ahorcó.
El dolor de corazón suaviza el mareante olor a pies. No encuentro palabras de consuelo, de alivio, de esperanza...no encuentro nada en mi paralizado cerebro. Sigo parada y callada, callada, callada por una eternidad hasta que de mi acogotada garganta se desprende apenas un susurro.
- Fernando, lo siento. Lo siento mucho... Todo mi cariño. Si te puedo ayudar ...
Sale de la consulta. Abro la ventana. Necesito el aire para respirar, para hinchar mis pulmones estrujados por el dolor.
- ¿Qué fue primero ?
- ¿Cómo escribir la vida de ciertas personas ? Con dolor, mucho dolor y entonces...el olor a pies no importa
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