miércoles, 30 de septiembre de 2020

METAMORFOSIS


 

METAMORFOSIS
"Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo se encontró sobre su cama convertido  en un monstruoso insecto"

                           LA METAMORFOSIS. KAFKA

Así comienzo un pequeño diario el 10 de Enero de 2014, cuando llevaba ocho meses del diagnóstico infausto de Urticaria Crónica Idiopática.

"Ocho meses.
Ocho meses de sueño intranquilo. 
Ocho  meses despertando convertida en un monstruo.
Ocho meses "abriendo los ojos" con la misma angustia y miedo  que reflejaba tan divinamente Eduardo Noriega, el  guapo de Eduardo, que tanto  miedo  me produjo en  TESIS. 
Abre los ojos.
Abre los ojos.
Abre ...
...los ojos

Avisos. Día horrible. El 061 desbordado ( también se desbordaba el SUMMA antes del COVID) - Mujer de 93 años, se ha caído de la cama, la hija la encuentra rara...-

Abandono  la consulta, la hija por teléfono se muestra nerviosa. Voy deprisa - deprisa, deprisa- como en la  película, más por volver rápido a una consulta sobresaturada que porque me parezca realmente urgente el aviso. Noventa y tres años... estará de dios. ¿Cuándo incorporé el factor edad en mis valoraciones?. Me viene a la memoria el blog de Mónica Lalanda - cuando sea vieja, quiero morirme.
Me confundo de piso, finalmente acierto. Me abre la hija . Una entrada lúgubre y oscura transformada en una especie de taller engloba, lo que debería ser el salón. Máquinas de coser en fila. Parece un taller tercermundista. El ladrido de un perro se escucha en la habitación contigua. Al fondo, en la penumbra a la que todavía no se han acostumbrado mis ojos, una figura de mujer estática, enlutada, sentada en un desvencijado sofá. No se inmuta. Balbucea algo  ininteligible. Un enorme hematoma cubre y desfigura más de la mitad de su cara . Parece que va a explotar en cualquier momento.
-¿Me puede dar la luz?
-No tenemos más luz.
Miro instintivamente al techo donde cuelga una destartalada lámpara con tres casquillos . Ninguna bombilla.
-Descorro la cortina que cubre la ventana. 
-¡Noooo!.
Me paro en seco
- ¡Despertará a mis hijos...!
Me asomo y "abro los ojos" como Noriega, intentando distinguir sueño y realidad. Las cortinas , las oscuras y pesadas cortinas que agarro con mis manos, ocultan una terraza en la que yacen dos jóvenes sobre unas colchonetas en el suelo. No se despiertan. No se mueven. Respiran ?. Intento descifrar las edades. Intento descifrar los motivos. Intento descifrar porqué duermen en el suelo de una  terraza mal aclimatada, un 10 de Enero en plena ciclogénesis imperfecta.
-Mis hijos...la casa es tan pequeña que nos tenemos que amoldar.
Amoldarnos a la casa, a la crisis, al paro, al hacinamiento, al frío, al dolor, al sufrimiento.
No puedo  concentrarme. Exploro a la anciana con los ojos puestos en esa cortina que oculta una realidad escabrosa. Pienso en mis hijos. Siento náuseas.
De vuelta al centro, pienso la gracia que me hacía y como reía con las aventuras de Manolito  Gafotas, durmiendo  con su abuelo en la terraza restaurada. 
Hoy  no  me río. 
Ni siquiera me acuerdo de mis habones.

  ¿Qué pasaría, pensó, si durmiese un poco más y olvidase todas las chifladuras ?


domingo, 27 de septiembre de 2020

LA PEQUEÑA LULÚ

 


Raquel y el novio están en Brunete. Instagram es indiscreto. Chivatazo en tiempo real. Pienso que vendrá a vernos - ¡Tía, pasábamos por aquí!-  Pero no vendrán. No soy la tía agradable a la que apetezca venir a visitar sin ninguna necesidad. No puedo juzgar. 

Tampoco me gustaba ir a visitar a determinadas tías. No era lo mismo ir a casa de la tía Mari siempre llena de gente y chiquillería, con sus cuadras y patios traseros por explorar. Y la silenciosa presencia de la abuela Silvestra, gorda y  bondadosa, dándote pan con chocolate a escondidas. O a casa de  la tía Eze llena de primos de todas las edades con los que jugar hasta reventar en los desvanes y jardines con  el campo entero a nuestra disposición. Mocos y mercrominas  chillonas compartidas y merecidas,  trofeos resplandecientes en  nuestras rodillas. No era lo mismo  ni daba pereza, a diferencia de la casa de la tía Claudia, donde no podías salir de la cocina o el mirador, siempre bajo su  mirada vigilante y congelante para que no te movieras del sitio. Con sus miedos y jaculatorias los días de tormenta- Santa Bárbara bendita ...

Mi infancia, estaba llena de visitas no bien toleradas. Era la compañera de mi madre, eterna viuda , crónicamente enlutada. ¿Qué mejor compañía para las largas tardes de domingo?

Odiaba las visitas a La Saladina. El olor rancio de su casa . Su incómoda cocina. Nada amable para una niña. Sus conversaciones monótonas, sus bajadas de voz, cuando "algo ", podía lastimar mi sensibilidad. Cotilleos y quejares eternos de  una mujer que mostraba la cicatriz de su seno extirpado sin pudor ni miramientos. Eso sí me impresionaba. Para distraerme, un único tebeo que me entregaba nada más llegar, desvencijado y añoso. En blanco y negro. La pequeña Lulú. La pequeña Lulú  no crecía nunca. Simpática y dicharachera con sus rizos perennes inmutables.Tarde tras tarde leía o exploraba el tebeo en busca de algún detalle extraviado a mis asombrados ojos, alguna travesura nueva, alguna diversión más. La pequeña Lulú que ahora descubro por Wikipedia que es un personaje estadounidense de historietas, creado en 1935 por Marjorie Henderson. ¡Toma Ya! que lo pudiera estar leyendo en la inhóspita cocina de un pueblo soriano en los años 60, me maravilla.

Nunca cambió de tebeo. Nunca compró otro para mi  avidez de lectura. Nunca otra diversión ni  entretenimiento. Mi mente asociando los bucles de Lulú  a esa horrible cicatriz de su pecho que imaginaba dolorosa y lamentable.

Contaba los minutos hasta que Román, su marido, con su morral a los hombros, entraba buscando su cena y reposo y nos sentíamos con  la obligación de marchar. ¡Al fin!

No sin antes colocar en la repisa, el desgarrado tebeo de Lulú para la próxima visita.


Hoy admiro  los pelos de The Cure


https://www.youtube.com/watch?v=0thnAQKadpo



viernes, 25 de septiembre de 2020

PURPLE RAIN

 



Salgo presurosa del pádel. Es tarde. Ya de noche. Se acabó el verano. El sudor me impregna, su sabor salado  cae de mi labio superior mezclándose con el de la mascarilla quirúrgica. No terminaré de acostumbrarme a estos  sabores /olores de esta nueva "normalidad ". Me siento plena. Me siento  bien. Cuando juego  pierdo la noción del tiempo y de la vida. Cada agujeta de mi cuerpo me recordará mañana las  bolas devueltas, cada giro, cada mate, cada punto ganado, cada punto perdido. Todo compensa estos pequeños ratos. Me siento tan viva.

Ya en el coche, en lucha con las luces y con el enredo de la mascarilla de la que me intento liberar, suena radio3, una canción que de pronto me transporta y me produce vértigo. Siento mi cabeza etérea. Me paralizo. No llego a shazanearla. Tendré que memorizar la hora y recuperarla más tarde en la web. 

Pienso en Ángel Carmona confesando en la radio, que una vez se masturbó con Cream de Prince. 

El  poder de la música. Recuerdo el sábado mañanero, envuelta en  tareas  hogareñas nada placenteras, entre lavadoras, edredones, polvos y estropajos, sonó lejana " Purple Rain" también de Prince. Me puse a llorar. Esas lágrimas inexplicables que  te recorren, te empapan y no sabrías explicar qué te ocurre. Es la belleza entrando en forma de nostalgia, tristeza, placer, todo mezclado. Momento mágico. Momento  místico.
 
Prince, donde estés. Te recordamos. Imagino que con tu  chute de Fentanilo buscabas tu momento mágico y único. Ese que otros conseguimos con escucharte. 

Gran poder de la música. Todavía en mis oídos, la despedida de Carlos a Manchester. "Hold On, Hold On" de Neko Case, mezclado con las nauseas, la tristeza, las lágrimas contenidas, la rabia y la impotencia para retener a tus seres queridos cerca de ti.

 Hold On, Hold On,  Carlos. Te quiero .



https://www.youtube.com/watch?v=a0vk5SGmw3w

miércoles, 9 de septiembre de 2020

LLENA, LLENA

 


Cambia el tiempo y cambia tu cuerpo. Te entregas.Te ofreces. Te desmoronas. No sabes el final pero no se intuye bueno. Esta novela no tiene el final escrito. Buscas el frio como consuelo. Todo lo que te roza te marca. Sales a la calle sin sujetador a tus 60 años ¡quién te lo  hubiera planteado a los 15!. No hay pudor, sólo desolación ante las huellas de tu cuerpo. 

Imagino  mis surcos cerebrales abollonados. Mis conexiones cerebrales están electrizadas pero sólo mandan un mensaje: desaparecer.

Buscas el abrazo dulce del mono negro de Zara que inteligentemente te regaló Lucía. Suave tela para una piel destrozada, irritada, enfadada. No puedo dejar el trabajo y necesito caricias en mi cuerpo. 

Crema en la cara . Pobre carita de luna llena. Tú que eres cáncer y tu astro la luna, ahora la  llevas puesta. Iluminando tu dolor. Plétora facial suena peor. ¡ Qué imaginación hacer metáforas con la naturaleza! 

A veces no son afortunadas. Joroba de búfalo. No parece amable.

Carácter de búfalo es más apropiado a mi ánimo.

Depresión. Deja los corticoides, carita de luna llena. Y juega a imaginar islas fantásticas en los habones de tus piernas. Caminos infinitos en los recorridos de tus brazos. Senderos inextricables en tu cuero cabelludo.

Juega con tus manchas. 

Sorpréndete cuando te despiertes mañana. 

¿Qué harías tú si al despertar fuera un insecto en tu pared? 




https://www.youtube.com/watch?v=gthikMSPq9M

domingo, 6 de septiembre de 2020

¡AY, CARITA, CARITA !


Mal fin de semana.  Mirando las manchas. Exultantes, rabiosas, dolorosas, reclamando espacio y atención.  Quiero rascarme o mejor coger una cureta y rebanarlas, cortarlas, sangrarlas hasta que me dejen de atosigar, atacar, de joder. 

No depende de lo que haga, toque, coma o me ponga. No me tranquiliza la meditación  ni encuentro descanso apacible. Día  y noche mostrando su presencia. Catapultando mi dignidad.

No me gustan las metáforas  bélicas  pero no encuentro mejor definición.  He perdido. No tengo armas ni plan B. Sólo  esperar, esperar, esperar poniendo el culo a disposición de las inyecciones intramusculares que me calmen y amortiguen, esperando que tanta dosis, tanto fármaco  si no puede acabar con la urticaria, acabe conmigo.  

El futuro, esperanza?,  ahora ni nombrarlo. No puedo hacer planes. Posiblemente la víspera  amanezca como un Ecce Homo   y no quiera ni despertar.

Mañana lunes, inicio de semana. Otra noche inquieta, otros sueños alarmantes.  Otro día  cumpliendo criterios de Urticaria Crónica  Idiopatica.

Carita de luna llena, que mal final.

miércoles, 2 de septiembre de 2020

CARITA DE LUNA LLENA




 ¡Ay, carita de luna llena! Lo has vuelto a conseguir. 

Cara redonda. 

Pero  no veo la luna. No veo el final.

Duermo fatal. Me levanto fatal. Paso el día fatal. ¿Cuál es el  superlativo de fatal ?

 La urticaria vuelve a cubrir mi cuerpo a pesar de las dosis altas de corticoides. Me rasco, me encojo, me acobardo.

Tengo  miedo.

No creo tolerar más dosis de  antihistamínicos. Los efectos secundarios empiezan a ocupar mi vida. A veces, entre la mascarilla y la medicación  me cuesta pronunciar, encontrar las palabras en mi  enmarañada mente. Hablar sin que  los otros noten mi angustia, mi cara de susto, preocupación, MIEDO.

Hasta ahora los corticoides no  habían fallado. En eso eres experta. Pensar en el  fracaso del tratamiento  me plantea tantas dudas e incertidumbres... 

Anticuerpos monoclonales, inmunosupresores, medicamentos compasivos ... suena como el día que llevo.

Eso es "para otros", otros enfermos muy malitos pero tú...

Imagino que tendré que remontarme al principio, al primer brote de URTICARIA CRÓNICA IDIÓPATICA. Con ese apellido tan bonito, tan rimbombante, tan griego. Para decir "etiología desconocida". Para  decir ni puta idea qué le pasa a tu cuerpo, a tu mente , a tu vida.


Puedes tomar otras salidas, sólo tú puedes...

¡Ay, carita de luna llena!


El RETORNO DEL JEDI o EL DIA DE LA MARMOTA

  12 de Junio 2024 ¡ Aaaaaaaaaaay, carita de luna llenaaaaaaa!, ¡Tiempo sin verte...! Siempre se vuelve, tarde o temprano. TOD@S. Tod@s vuel...