¡Aaaaaaaaaaay, carita de luna llenaaaaaaa!, ¡Tiempo sin verte...!
Siempre se vuelve, tarde o temprano. TOD@S. Tod@s vuelven.
¿Cuándo, cuánto, dónde, cómo de jodido será esta vez ....?
- ¡Voilà !-
La incertidumbre.
Vuelta a las pastillas paralizantes, a sueños desasosegantes, a picores infinitos en zonas inalcanzables de tu cuerpo, de tu piel, la piel que habitas y te mata cada día.
Vuelta a despertar con miedo hasta comprobar al trasluz de la mañana los relieves de tu machacado cuerpo que confirmaran si vale la pena levantarse, si vale la pena drogarse, si vale la pena vivir...
Vuelve el mal carácter, las ganas destructoras y aniquiladoras de acabar con todo.
No es la urticaria y sus consecuentes molestias/complicaciones es el ánimo mortal que me posee de difícil manejo. Es el machaque eterno de mi cerebro reptiliano por simplificar las cosas y terminar cuanto antes...
Intentar llevar una vida normal cuando se cruza la enfermedad es tarea de titanes. Y yo soy mujer, vieja , insignificante y enferma.
Al menos cumples otro sueño. El 12 de Junio del 24 y con las entradas compradas y pagadas en Noviembre del 23, casi siete meses antes, puedes disfrutar de Bruce Springsteen and the E Street Band. Pensaste que no llegarías. A estas edades, programar con varios meses de antelación tiene sus riesgos.
Disfrutar del concierto con Domingo, que me sigue en todas las locuras, María, que persigue a Bruce por sitios y tiempos inmemorables y Jose, que viene desde Covaleda con Covid incluido, un miércoles caluroso pero no agobiante, con urticaria suficientemente medicada, con buena visión, un cómodo asiento y sobre todo con la tranquilidad de no tener que madrugar al día siguiente.
-¿Tú eres de Bruce o de AC/DC ?
Recorro mi vida en función de las canciones que decide tocar. María me informa que no tocará The River. Ignora el poder de la mente y de mi cabeza caprichosa.
En un momento mágico, siento la necesidad de sacar el móvil, de grabar el momento esperado. La taladrante armónica , el inicio inconfundible ...The River.
I come from down in the valley Where mister when you’re young They bring you up to do like your daddy done
El mes de Abril de 2023 es declarado el más caluroso de España desde que hay registros.
-Otra mañana que llego tarde a trabajar - pienso cabreada mientras despido a Montse y Diego con rapidez.
Localizo de reojo el piso de Paloma.
Me santiguo mentalmente.
-¡Que seas feliz ! - susurro - ¡Que encuentres la paz y la serenidad !
Paloma...
La visité dos veces. Menos de dos horas en cada ocasión. Se fatigaba fácilmente. Se emocionaba brutalmente. Debíamos medir el espacio/tiempo con calma.
Menos de cuatro horas de la vida de una persona para desmenuzar, recorrer, recordar, matizar, evocar, nombrar con palabras toda una biografía. Sueños, ilusiones, amores, desengaños, logros, penas, alegrías, pérdidas, y ...LA ENFERMEDAD.
- La enfermedad... ese nombre raro del que nunca habías oído hablar y ahora podías escribir todo un tratado, describir minuciosamente cada síntoma, cada signo, cada cambio, cada señal. No sólo describir sino sentir, sufrir, padecer cada manifestación, cada nuevo rasgo ...El otro pasaporte que ha modificado la ruta trazada, que ha destrozado el camino elegido, interrumpido tu hoy y tu mañana para mostrar un abismo insondable, impenetrable, del que sólo se puede salir saltando al vacío.
- ¡Parece Julio! - oigo comentar en la sala de espera.
- ¡Veinte de Abril! - tarareo yo, evocando a los Celtas Cortos. Siento una nostalgia. especial.
Mensaje de wasap escueto:
Buenas tardes Carmen. Hoy ha fallecido Paloma, tranquila y con su familia, habiendo elegido esta tarde para su PAM. Muchas gracias por todo .
- ¡Veinte de Abril ... ! - grito ahora al compás de Spotify.
Busco y acaricio el libro que me regalaste cuando te manifesté mi pasión por el cómic y que todavía tengo en pendientes de leer. El libro, los años de Allende, que me recordará siempre tu generosidad y fortaleza.
-¡Que seas feliz !
- ¡Que encuentres la paz y la serenidad !
Un placer haberte conocido. Nunca tan poco tiempo provocó tanto espacio en mi corazón.
Vuelvo de Móstoles, por el rutinario camino de siempre.
He dejado a Montse y Diego en el instituto.
No trabajo.
Me afecta ver un conejo atropellado al borde de la carretera. Lloro.
¿Será este día de Enero frío y soleado que me afecta las neuronas, o la triste canción que suena en radio 3?.
Veo diariamente multitud de conejos espachurrados en la carretera y lo único que pienso es qué suerte no haber destrozado el coche por uno de ellos.
No trabajo desde el día 17. Gestión de emociones.
El 10 de Enero, todavía disfrutando de unos días de vacaciones, recibo la llamada telefónica maldita, con la voz insulsa y de niña pequeña que me informa con desparpajo y sin anestesia que la lesión de piel que me han quitado es un melanoma.
...
Bloqueo. Parálisis. Shock. Vértigo. Visión en túnel. Ganglios centinela y extirpaciones mastodónticas. Deformidades. Dolor. Sufrimiento.Muerte.
¿Es mi informe? ¿Es mi piel ? Esta piel protectora, barrera, aislante, sensible y suave que lavo, cuido, hidrato y protejo todas las mañanas. Esta piel que lleva años siendo mi carta desastrosa de presentación al mundo. Llena de habones, picores, desazones , hinchazones, arrugas y deformidades que me ha obligado a dormir desnuda, a vestir holgada, a tomar medicamentos de nombres impronunciables , que me ha quitado el sueño, la alegría y ahora...también la vida?.
Aparto de mi vista todos los libros que colecciono sobre final de vida.
Vivo en cuestión de horas de manera enfebrecida y caótica todas las fases que Elisabeth Kübler-Ross describe en el duelo, de la negación a la ira, de la negociación a la depresión y vuelta a la ira, y vuelta a la negación y vuelta...
Aparto de mi vista todos los libros de dermatología.
No quiero buscar, no quiero indagar, soy incapaz de leer el informe anatomopatológico...no entiendo sus siglas, no entiendo su lenguaje.
Me imagino en mi lecho de muerte. Alguien pondrá sobre el féretro la foto en blanco
y negro " Algún día, cuando seamos famosas, miraremos atrás y sonreiremos"
Busco la novela 2666 de Bolaño . Muere de un fracaso hepático esperando un donante el 15 de Julio de 2003 , día de mi 43 cumpleños. Todavía ignoraba su existencia. El libro se publica un año después de su muerte. Gran legado para su familia. Lo compro el 14 de Julio de 2010. Y me marca profundamente su lectura y su despedida.
"Y eso es todo, amigos. Todo lo he hecho, todo lo he vivido. Si tuviera fuerzas , me pondría a llorar. Se despide de ustedes."
Alguien relata en la tele que denuncian a una vecina por esparcir heces en la puerta de su vecina. La peor vecina del mundo, dicen. No saben lo que pasamos en nuestra casa con la impresentable que vivía debajo. Ahora sale en la tele, la detienen, imponen orden de alejamiento, la culpan... entonces los malos éramos nosotros por no entender y tener lástima de esa pobre mujer que terminó ladinamente con todos.
Dejé de creer en la justicia.
Pasa el tiempo y escribo poco. Mis subidas y bajadas de ánimo, los días fríos, la parálisis por el análisis. La ansiedad por leer, por descansar, parar, se alternan con momentos de hiperactividad preocupante.
Me incorporo a trabajar nuevamente. La segunda vez en dos meses. La huelga, la separación de la consulta, mi piel que habito...
El mundo está dividido entre los que han pasado COVID y los que lo van a pasar.
Y ya pertenezco al primer grupo.
El diagnóstico no inquieta. Es ya un proceso tan banal que te sientes hasta estúpida y tonta por contagiarte. Ya no perteneces a ninguna ola, ni siquiera sabes si eres omicron, delta, variante brasileña o mostoleña. No te llamarán del Centro de Salud para preguntarte si te fatigas o has perdido el olfato. Hasta la baja laboral se te cuestionará - ¡ Por un catarro, vaya tontería ! -
A nadie le importará que el martes estuviera negociando con la muerte mi patrimonio, con súplicas incluidas por mis "tengo que, tengo que, tengo que". Creo que no le convenció lo de limpiar el sótano. Me ha dado otra oportunidad.
Ulises sube sus patitas a la cama y me mira como si entendiera que estoy malita. Me enternece. Aunque en mi fuero interno sé que sólo le preocupa que no vayamos de paseo.
Apunto en mi agenda que tengo COVID como si ese dato les fuera a interesar a mis generaciones futuras. Hay que dar utilidad a la agenda Mongolia aunque sólo sea por lo que costó. No lo dudes comprarás la del 2023. Maldita sociedad de consumo ¡Qué fácil es comprar desde la comodidad del hogar!
Pilar limpia la casa con mascarilla y con las ventanas abiertas a tope. Ahora lo sé. No moriré de covid. Moriré por congelación.
La Atención Primaria está de huelga y con los ánimos enfebrecidos, y no precisamente por la fiebre que mejora con paracetamol. Quiero salir a las calles y gritar alto y fuerte que estoy harta. Harto ya de estar alto ya me cansé. El puto virus me deja en casa. Sigo las movidas por guasap. Sigo con mi tendencia de perderme lo importante. Sigo cerrando etapas. Sigo enterrando en mi corazón Alma- Ata y su mensaje grabado sobre piedra de Rosetta, Salud para todos en el año 2000. Otro mensaje que se perderá como lágrimas en la lluvia. Blade Runner me debería pagar comisión.
En la próxima limpieza me desprenderé de las Biblias de la Primaria que comban las estanterías.
Adiós Martín Zurro. Nos vemos por las apps.
Diciembre es un mes raro, puentes, navidades, loterías y demás jolgorios, te entra un queséyo -yoquesé que no te decides si estar contenta o tirarte al metro.
Me siento en la obligación de escribir sobre mi Covid. Pero no encuentro nada particular interesante. Ni siquiera he perdido las ganas de comer, ni el olfato, ni el gusto.Puede que las ganas de ir a trabajar ... sí , esas ganas se me han ido. ¿Está incluído en el Sd. post covid ?.
Con la intensidad vivida y sentida de las primeras olas de la pandemia. Con el miedo pegado al cuerpo por la certeza de una muerte próxima. ¡Qué pereza hablar o pensar en la pandemia!.
Me tienta meterme en la cama y arrebujarme en el edredón, taparme la sesera y volver a mi infancia. Me viene a la mente cuando no iba a la escuela por algún motivo y desde el calor y la protección de las mantas, escuchaba a mi madre trastear por la casa. El olor a café recién hecho. El pan con nata y azúcar entonces sin complejos. El ruido adormecedor del agua corriendo por los radiadores y del parquet crujiendo por los pasos de mi madre.
Me devuelve a la realidad la voz profunda de Ángel Carmona que poco tiene que ver con la voz de mi madre. Hoy empieza todo homenajea a Neil Young y los cincuenta años de Harvest. He crecido, vivido, sufrido, amado, madurado y seguro que follado ...con toda la discografía de Neil. El preferido de Paco y Ángel. Le odié cuando dijo que África empezaba en los pirineos o algo similar. Hoy le considero uno de los mejores músicos del mundo. Afortunadamente África comienza en los pirineos...
Las redes sociales me vomitan la realidad. El comité de huelga no llega a ningún acuerdo y estoy de mínimos la próxima semana...
“El mundo se está convirtiendo en una caverna igual que la de Platón: todos mirando imágenes y creyendo que son la realidad”
(José Saramago)
Fin de semana. No tengo que madrugar. Me despierta la luz de la mañana, por esa manía ancestral que tengo de dormir con la persiana levantada. Incluso Ulises duerme plácidamente tumbado en la alfombra. Veo su imagen reflejada en el espejo del armario. No me incorporo. El mínimo movimiento lo espabilará y me obligará a levantarme. Es sábado. Hace sol. Cierro los ojos en un intento desesperado por dormirme. - ¡Sábado! - La espabilada soy yo. Creo que me levantaré y pasearé a los perretes. Me encanta su entusiasmo cuando olfatean un "paseo largo".
Tengo una tristeza indescriptible y un peso en el pecho que me oprime como si llevara una tabla. - No es un infarto - me digo. Sólo necesito salir a la calle y respirar.
Pongo la correa a los perros, me cuesta tanto sujetarlos y que me obedezcan que si fuera un infarto ya estaría muerta. Suena apetecible. Mi yo suicida está hoy muy activo.
Ni me lavo ni me peino. Más vale que no me encuentre a nadie - pienso - mientras compruebo si llevo una mascarilla por si acaso. Me coloco los auriculares, conecto Spotify y como si la aplicación entendiera mi ánimo comienza a escupir mis canciones favoritas.
- Eres aún mejor que la morfina del hospital - canta la Bien Querida.
Todavía reciente la rotación por paliativos. Tanta emoción contenida. Tanto respirar hacia dentro. Tantas lágrimas enjugadas. Tantos síntomas mezclados. Tanto morir despacio sin aceptarlo. Tanto familiar descontrolado. Tanta esperanza en la medicina todopoderosa. Tantos silencios respetados para dar paso, despacio, sin prisa,lentamente...a recuerdos incrustados en nuestras neuronas.
Despedidas enmascaradas.
Peticiones insinuadas.
"Quiero ser como esa canción que tienes siempre en tu cabeza
Que te acompaña si estás triste, sale contigo si esta noche hay fiesta."
Y sí, too many drugs son necesarias para morir en paz, para morir sin dios, sin fe, sin cruz... cuánta morfina, midazolam y laxantes puede soportar nuestro cuerpo para atravesar el puente.
Es hora de enfrentarme a ella, deaprobar la asignatura, la asignatura pendiente… Miento, es más que eso.
Es una promesa. Una obligación. Un juramento. Además,una promesa hecha ante el lecho de muerte. Sin testigos. Sin palabras.
Y eso, compromete.
Con las asignaturas pendientes uno puede vivir, negociar, demorar,hasta obviarlas…que nunca hablaré inglés, que nunca tocaré el piano, que nunca terminaré la tesis, quenunca…
Perouna promesa… te persigue, te acorrala, te señala. Sin saber cuándo, sin saber cómo, te levantas una mañana,te acuestas una noche, estás de fiesta o trabajando… y vuelve, vuelve, una y otra vez,a pesar de los años, a pesar de los cambios.
La promesa queda enclavada en tu centro neuronal. Y te agarra.
Me sorprende la caprichosa selectividad del cerebro. Olvidarás cosas importantes, anécdotas que creíste marcadas a fuego en tus recuerdos,nombres deamigos,lugares visitados,enfermedades, signos, fórmulas, fechasque memorizaste hasta el aburrimiento… las olvidarás. Sin quererlo. Sin buscarlo. Se perderán como lágrimas en la lluvia. Tampoco podrás evitarevocardeterminadosolores, sabores, colores, los más pequeños e insignificantes detallesde situaciones banales que periódicamente regurgitan tus neuronas sin motivo aparente. Que periódicamente vomitan la promesa que hiciste ante ellecho de muerte de… Carmen.
Tengo confuso ese periodo de mi vida. Bueno, toda mi vida es confusa en mis recuerdos.
Me imagino joven, en la primavera de mi profesión, recién incorporada a la plaza, rebosandoconocimientos y sabiduría, con el engreimiento de la juventud,con la osadía de la ignorancia, repleta de brotes verdes pujando por explotar, violines de Vivaldi resonando en mi cabeza, ansiosa de actuar, de organizar, de mandar, sobre todo MANDAR, como sólo los médicos sabemos hacerlo. -¡No hagas, no comas, no fumes, no bebas…no jodas!-
Palabras comoincertidumbre, fracaso,muerte… no estaban en mi vademécum.
Venías poco a la consulta, algún problema banal, quizás un catarro, leves dolencias que no requerían más que un justificante. Ni siquiera una baja laboral. No te lo podías permitir. Bastante tenías con faltar a tu trabajo para cumplir contus revisiones hospitalarias. Tan joven, tan guapa,parecía increíble que te hubieran operado de un cáncer de ovario unos años antes. Tres hijos,tres churumbeles preciosos que llevabas a todas partes. Separada y con hijos, ¡tres hijos !
¡TRES!
La mayor una niña preciosa con tus mismos ojos morunos, los otros dos, varones,el pequeño reclamaba continuamente tus brazos, tus besos, tus mimos.
Tres hijos, mujer, separada, cáncer… Duro siempre, en tu casotitánico.
Estabas contenta, animada, llevabas ya untiempo con una pareja sentimental que parecíabuen padre, buen compañero, parecía…
Te veo entraren la consulta,con tu melena morena que tanto cuidabas,tus ojos grandes, asombrados,tu voz fuerte y quebrada de fumadora,tus vaqueros ajustados…
Estabas cansada, excesivamente cansada, los niños, el trabajo…dormías mal, comías poco,perdías peso…por eso destacaba más el voluminoso abdomen que te obligaba a desabrochar el botón del pantalón -como si estuviera embarazada- decías, tu color de piel ahora cetrina.
El inevitable ingreso para demostrar lo inevitable, para confirmar la traiciónde un insidioso tumor que creímos controlado, dominado, con la prepotencia de nuestra ciencia, la soberbia de nuestra sabiduría.
-Alguna célula doctora - comentaba tu madre cuando venía a recoger los partes de baja - Nos han dicho que algunacélula sedebió escapar en la cirugía… y sale ahora. Y ¿cómo se explica eso de la célula?, si todo estaba bien, si los análisis estaban perfectos… sinos dijeron que estaba curado…
¿Cómo explicar a una madre que su hija se muere porque una célula traviesa se escapó de nuestro control divino?
Muerte absurda.
Una célula que se escapa, un bichitoque se cae al suelo y se mata, un rayo que te atrapa, un panel de señalización quete cae encima en la autopista, un tsunami que te arrolla…un talibán que te corta el cuello, muerte absurda, muerte ridícula, muerte a destiempo.
Me viene a la memoria la vida de Kafka,dos de sus hermanos murieron de niños, de sarampión y deotitis. Muertes inocentes,prematuras,a traición. Después nacieron sus dos hermanas, resistieron a las enfermedades infantiles, perono a los campos de exterminio nazis… ¡Qué ironía!
La muerte tiene diez mil puertas distintas, escribe John Webster en 1612. Vaya usted a saber cuál se nos abrirá para darle paso…
¿Cómo explicar a una madre después de tantos desvelos, de tantas noches en blanco, tantos sinsabores, dificultades, contrariedades, privaciones…que una célula se escapa,se escapa caprichosamentey se lleva una vida?
Nadie viene a recoger los partes de confirmación, nadie coge el teléfono. Te imagino operada, o tal vez sin pelo, sin ese hermoso pelo negro y largo que con tanto esmero cuidabas.
Viernes a última hora, como todo lo importante, como toda urgencia… una angustiosa llamada telefónica. Tu madre. Estás en casa - Le han dado el alta doctora, no pudieron operar…abrir y cerrar … abrir y cerrar - entre sollozos entrecortados -no creo que llegue al lunes -
Abrir y cerrar, diabólica frase que recorre los pasillos de hospitales, las salas de espera quirúrgicas, los corrillos de los tanatorios, que se dice en voz baja - abrir y cerrar-que se entiende, sin necesidad de explicación, de concreción, y confirman la sentencia de muerte, que abren la puerta ignorada…
Viernes a última hora, muerte absurda, muerte a destiempo, muerte prematura.
Me acerco a tu casa. Tu madre, muy azorada,me abre la puerta, me da un abrazo, me susurra al oído palabras atropelladas e inteligibles que comprendo perfectamente.
Entro con miedo.La habitación en penumbra. Me cuesta ubicarme. Me han enseñado mucho en la facultad de medicinapara aplazar la muerte, pero en enfrentarme a ella, cuando es inevitable, inaplazable, inexorable…soy una ignorante…
Repaso mentalmente fármacos, dosis, síntomas molestos sobre los que actuar, controlar, mandar… tímidamente me acerco a tu cama, me siento en el borde, la colcha se ajusta y realzatu abdomen abombado, me retiro con torpeza, temo dañarte. Me das la mano, tu mano amarillo-limón. Me pides que no me mueva. Aclaro mi garganta, carraspeo varias veces, pero la sequedad de mi boca no me permite hablar.
Tiemblo al leer el informe que me ha entregado tu madre al entrar, tampoco las lágrimas que empañan mis ojos me permiten concentrarme en su lectura, te pido permiso para explorarte. Tu pelo enmarañado, embrollado, liado sobre la almohada. Tus ojos morunos inmersos en un mar amarillo, tu piel… toco tu voluminoso abdomen, duro, pétreo… la reciente cicatriz que atraviesa tu vientre, cerrada apresuradamente y sin esmero - abrir y cerrar- pienso,la puñetera célula que se escapó… Aprietotu mano con fuerza.
Silencio.
- Me muero - susurras - Me muero.
Silencio.
-Me gustaría contarte mi vida. ¿Tienes tiempo? Es viernes y…
-Sí, señalo con la cabeza. Todo el tiempo del mundo, pienso para mis adentros.
-Memuero, ¿sabes? Me muero y no me importa. ¡Mierda de vida!
Intento tragar una saliva que no tengo, balbucear una palabra que no encuentro… ¿Puede aalguien no importarle la muerte? ¿No importarle SU muerte?
-Me casé muy joven, joven e ignorante,para salir de mi casa y perder de vista ami padre. Maldito hijo de puta. Bebedor, borracho, malo… nos maltrató, nos fastidió la vida a mi madre y a mí. Cuando venía borracho, que era siempre, era un suplicio. Deseaba su muerte… en cuanto pude me casé para salir de ese infierno. Y mira tú, mi marido fue peor…salí de Málaga y me metí en Malagón. Más borracho y maltratador que mi padre. Ni que lo hubiera buscado adrede… Vinieron los niños, aguanté lo que pude pero finalmente me separé, aunque todavía sigue dándome por culo y fastidiándome todo lo que puede. Parece que el alcohol les conserva. Mi madre también se separó. Lástima que tardara tanto…que tardáramos tanto. Es tan corta la vida, tan corta y tan llena de mierda…
Lo he pasado mal, mi padre, mi marido… intentando mantener al margen a mis hijos de semejantes gilipollas, pero ya ves…el mediano se ha ido a vivir con él…con su padre, aunque nunca les ha importado ni les ha hecho caso…
He tenido que soportar los trabajos más ingratos y limpiar la mierda de los demás para poder tenerindependencia económica y que no me quitaran a mis hijos, pasar por un cáncer…y ahora que finalmente parecía que empezaba a respirar… Encontré una pareja que me hacía feliz, no bebía, me trataba bien, parecía distinto, parecía... Fue ingresar en elhospital, cuando se enteró que el cáncer estaba descontrolado y no había nada que hacer…ha desaparecido, DE-SA-PA-RE-CI-DO . ¿Qué te parece?. Vino a casa, recogió sus cosas y ni se despidió…se lo ha tragado la tierra. ¡Maldito cobarde!
Silencio.
-Me muero y no me importa, parece que la vida no quiere ser benévola conmigo, no quiere darme una oportunidad, y estoy cansada de sufrir. ¡Tan cansada! Ni siquiera pienso que le importe a nadie mi muerte. Quizás a mi madre. A ella le toca ahora cuidar a mis hijos. Cuidar a mis hijoscomono me cuidó a mí, es la pena que tiene que pagar por no protegerme de los abusos de mi padre, de la brutalidad de mi marido. Si al menos mi sufrimiento sirvierapara que ellos encuentren una vida mejor…. Ni siquiera esperoque haya nada después de la muerte. Nicreonino creo en el más allá, no me importa lo que ocurra, no puede ser peor que lo que tengo aquí…casi estoy contenta con saber que se termina este calvario…
No recuerdo bien la despedida, no recuerdo si lloré,la abracé o las dos cosas, creo que me pidió que cuidara asus hijos o lo imaginé. Tenía la mente confusa y ocupada, prometiendo que su muerte, muerte absurda, muerte prematura, muerte a destiempo tuviera un sentido. Prometiendo que lo contaría, lo escribiría, para dar sentido a tanto sufrimiento, y que su testimonio no se perdiera en el olvido como lágrimas en la lluvia.
Burgos, el Burgos que -no te dejará helad@- nos recibe con chiquicientos grados a la sombra.
Tengo ganas de llegar y tirar la moto, la cazadora, el pantalón, el casco, las bragas... y lanzarme al Arlanzón.
Domingo me lleva por miles de circunvalaciones y polígonos industriales que hacen más soporífero el viaje. Imagino que se ha perdido. El navegador, achicharrado por el calor, se vuelve loco. Cuando más necesitas llegar, cuando menos deseas perderte.
Además no escucho radio 3 desde Carrión de los Condes y voy jodida. Pienso en los segadores de los interminables campos de trigo que acabamos de dejar atrás y muero de envidia por sus cosechadoras con aire acondicionado.
Después de unas cuantas curvas y rotondas asfixiantes, aparcamos en un lugar periférico de la ciudad que no reconozco.
Rápidamente reseteo mis abrasadas circunvalaciones cerebrales y recuerdo que venimos al cementerio. Domingo quiere visitar la tumba de Javier. Desde su entierro, hace más de 7 años, no ha vuelto.
Burgos es infancia, río, frío, colegio, Montpellier, cojonud@s, chevalieres y desde 2015 es ... Javier.
No sabemos la localización y el cementerio parece interminable. El encargado no está en el despacho. Pasamos los 40º. Arrastrando las pesadas y sudadas cazadoras, cascos y desánimos, encontramos a una amable limpiadora que le llama por el móvil. Afortunadamente no tarda en llegar. Por su aspecto fresco y risueño sospecho que sale de la cámara frigorífica. Seguimos sus indicaciones y recorremos lastimosamente el camino. Calles con nombres de sant@s...
Tumbas viejas y destartaladas, con inscripciones ilegibles contrastan con monumentales mausoleos de la familia de tal y de cual - que ni siquiera la muerte nos iguala - tumbas desnudas, tumbas feas, tumbas rocambolescas, adornadas con flores de plástico descoloridas, con figuras de sant@s y cristos llorosos, de cruces sangrientas ... seguimos avanzando, flores marchitas, flores recientes, tumbas modernas, elegantes, sencillas, con fotos, con grabados, con dedicatorias, con deseos...
Nuestra referencia es la estatua de Félix Rguez. de la Fuente, con gran sorpresa por mi parte. Siempre creí que estaba enterrado en Poza de la Sal...
Contamos filas y columnas, leemos nombres y familias y finalmente la encontramos.
Familia Moradillo...
El padre, la madre y Javier.
La lápida es del mármol negro que se lleva ahora - no como la blanca, ya amarillenta de mis padres, con desniveles y una bañera en el centro por el desgaste de los años, donde se acumula el agua y la nieve en invierno, acelerando el desgaste-
No sirven para la eternidad.
A sus pies, un tiesto destartalado de plástico marrón, con cuatro hierbajos secos en su interior nos manifiestan que nadie les visita desde hace tiempo.
Siento una congoja que me paraliza. Por la expresión de Domingo percibo que siente lo mismo. Tampoco traemos flores. Este calor las carbonizaría.
Moha se levanta con 39,4 º de fiebre. Ayer se empeñó en salir con sus amigos y yo me empeñé en que llevara un paquete de pañuelos en el bolsillo. Los cogió a regañadientes. Parece que es más ecológico quitarse los mocos con la manga. Cuando llegué a casa lo encontré acurrucado en el sofá y me susurró lastimoso - Me duele el pecho al toser. - Pues será mejor que no salgas esta tarde - lo que le hizo levantarse precipitadamente. - Sólo es la alergia -
Después de tres horas en la calle, nos lo encontramos helado de frío y con ojos vidriosos.
Fin de semana a la mierda. Te libras del fútbol, justo la semana que tocaba jugar en el Álamo y habías quedado con Jose y Marga. Está escrito que no le veré jugar en toda la temporada.
Domingo se lleva a Montse a la visita con sus papás. Van en moto. Lleva mi traje ¡Tan bonita! Me quedo contrariada con Moha en casa , poniendo lavadoras y termómetros.
Tampoco veré a Jorge y Sara.
Pero cuando uno vive con niños ya se levanta exclamado, que diría el gran Forges.
Intento trabajar pero la melodía inteligente de la lavadora me avisa que ha terminado. El desastre se anticipa nada más abrir la puerta. Un plástico arrugado aparece lo primero en el tambor, ansioso por salir sabiendo la que se ha montado dentro. Rápido reconozco su origen. Millones de papelillos blancos vuelan cuando saco la ropa de la lavadora. Otros millones más, quedan agarrados como lapas en sábanas , toallas y camisetas.
- ¡Los pañueloooooooosssss!-
-La culpa es tuya, por no mirar los bolsillos. La culpa es tuya por no dejar que los mocos se limpien con las mangas, la culpa es tuya por dejarle salir ayer, la culpa es tuya por acoger un niño, la culpa ...la culpa siempre es tuya - me grita muerta de risa la cabeza respondedora.
Barro meticulosamente los millones de papelillos mojados que ahora adornan el suelo como nieve en primavera, mientras la mente observadora me taladra al oído, - En Ucrania serían escombros de un puto misil ruso, y posiblemente te hubiera matado...-
Me agacho a limpiar pacientemente el tambor infectado de papelillos. Abro el filtro de mi preciosa lavadora nueva, es la primera vez que lo hago. Ni rechisto. No estoy en Ucrania. Entre la baba asquerosa que ha formado el papel mojado aparece una moneda de 50 céntimos.
Sonrio. Ulises se acerca a mi cara y me lame cariñosamente. Verme en el suelo le hace gracia. Piensa que voy a jugar...
-No Ulises, hay que seguir poniendo lavadoras.
Intento trabajar. No me concentro. Descargo el correo. Me abruman las tareas pendientes. Hoy toca cuidar.
Moha me mira aliviado cuando subo a explorarle. Obedece sin rechistar a las sencillas órdenes. - Abre la boca ... respira hondo... 37,4 º.
Le hago un zumo de naranja. - ¡Qué bueno está !
Intento trabajar.
Arriba, Moha se levanta al váter. Oigo su potente meada mientras la lavadora me avisa que el ciclo ha terminado.
Cien, noventa y nueve, noventa y ocho... cuento los días que Moha seguirá en esta casa.
¡Eternooooooo!
He decidido contar días que me parecen más volátiles que los meses o las semanas. Los días pasan en un suspiro. Imaginarlo en minutos o segundos me resultaría insoportable.
Me avergüenza no haber empatizado con Moha. Miro su bonita cara de niño, y sólo veo un padre canalla desaparecido y una madre irresponsable que no hace nada por estar pronto con su hijo.
Se me pide responsabilidad de adulta para manejar las emociones, y sólo rabio por el cambio tan dramático en mi vida. No tengo perfil de cuidadora. Soy egoísta. He perdido el control de mi vida. Al menos mi intimidad y sosiego. Domingo por el contrario disfruta enseñando, cocinando, contando historias y acompañándole al fútbol. Sábados pringosos de madrugones indecentes.
Me abruma su desorden, el caos, la ropa tirada, arrugada, lo patoso que es chocando contra todo, su torpeza con la comida, el uso descuidado de las cosas, su mochila pesada y rebosante, la despreocupación que tiene por todas las cosas materiales.
No tiene la culpa- ¿La tiene?- toda la vida en un entorno residencial, donde lo que se rompe se repone y lo que se tira o ensucia "alguien" lo limpia o recoge. Otros dirán que su conflicto interno de emociones, les impide valorar las cosas tangibles, que bastante tienen con lo intangible.
En mi caso, en mi infancia y que arrastro penosamente todavía, cada cosa nueva era venerada, cuidada, mimada y guardada hasta el infinito. Únicas, irrepetibles, irreparables. Como la vida de mis padres. Únicas, irrepetibles, irreparables .. repito como un mantra. Cuido las cosas materiales como me hubiera gustado cuidarles a ellos.
¿Ves? Ya es lunes y faltan 96 días, -¡Un suspiro!- la prima primavera, que diría Gloria Fuertes, ha entrado esta madrugada, y Moha, ayer, nos dio los buenos días al levantarse - ¡Hay esperanza!
Qué importantes son los números.
Isidora me cuenta que gana once de cincuenta. - Bonito título para una marca de bisutería - pienso - si no fuera porque es elpan suyo de cada día, y el de toda su familia...
- Mi marido gana tres billetes más - comenta toda orgullosa. - De los que no aportará nada al hogar, apuntilla mi trastornada mente.
Emilia, también analfabeta ni siquiera sabe lo que le deja su marido. Es la hija la que controla el dinero.
- Seis billetes de cincuenta le pasa mi padre todos los meses, él gana más de 24 doctora, mire qué caradura.
En su vida un billete de cincuenta es más valioso que uno de 100, 200 o incluso de 500 €. Suena mejor once de cincuenta que un billete único por muy púrpura que sea.
Vamos por 86. No queda nada. Y cuántas cosas han sucedido en este corto periodo de tiempo.
Montse sufre su primer desengaño amoroso. No quiere comer. No quiere hablar. No para de llorar. No quiere vivir. Primer amor... !Cómo duele el abandono!.
Bienvenida al mundo real.
Dolores nos dice adiós silenciosamente, tan silenciosa como su vida en los últimos diez años. Unos meses antes murió su perra Lola, de puro vieja. Se interponía entre nosotras cuando exploraba a su dueña. Me miraba con recelo, vigilando que no la hiciera daño. A veces la pisaba sin querer. Gruñía enfadada. Presiento que habían planeado reunirse pronto.