el lugar de las citas frecuentadas,
en noches, y más guerras y más noches.
La materia del sueño se desnuda
con gasas, cables, ojos, piel y yodo.
Qué te voy a decir. Mañana vuelvo.»
Marcapasos, Luis García Montero
¡OCHENTA Y CUATRO!
Moha se levanta con 39,4 º de fiebre. Ayer se empeñó en salir con sus amigos y yo me empeñé en que llevara un paquete de pañuelos en el bolsillo. Los cogió a regañadientes. Parece que es más ecológico quitarse los mocos con la manga. Cuando llegué a casa lo encontré acurrucado en el sofá y me susurró lastimoso - Me duele el pecho al toser. - Pues será mejor que no salgas esta tarde - lo que le hizo levantarse precipitadamente. - Sólo es la alergia -
Después de tres horas en la calle, nos lo encontramos helado de frío y con ojos vidriosos.
Fin de semana a la mierda. Te libras del fútbol, justo la semana que tocaba jugar en el Álamo y habías quedado con Jose y Marga. Está escrito que no le veré jugar en toda la temporada.
Domingo se lleva a Montse a la visita con sus papás. Van en moto. Lleva mi traje ¡Tan bonita! Me quedo contrariada con Moha en casa , poniendo lavadoras y termómetros.
Tampoco veré a Jorge y Sara.
Pero cuando uno vive con niños ya se levanta exclamado, que diría el gran Forges.
Intento trabajar pero la melodía inteligente de la lavadora me avisa que ha terminado. El desastre se anticipa nada más abrir la puerta. Un plástico arrugado aparece lo primero en el tambor, ansioso por salir sabiendo la que se ha montado dentro. Rápido reconozco su origen. Millones de papelillos blancos vuelan cuando saco la ropa de la lavadora. Otros millones más, quedan agarrados como lapas en sábanas , toallas y camisetas.
- ¡Los pañueloooooooosssss!-
-La culpa es tuya, por no mirar los bolsillos. La culpa es tuya por no dejar que los mocos se limpien con las mangas, la culpa es tuya por dejarle salir ayer, la culpa es tuya por acoger un niño, la culpa ...la culpa siempre es tuya - me grita muerta de risa la cabeza respondedora.
Barro meticulosamente los millones de papelillos mojados que ahora adornan el suelo como nieve en primavera, mientras la mente observadora me taladra al oído, - En Ucrania serían escombros de un puto misil ruso, y posiblemente te hubiera matado...-
Me agacho a limpiar pacientemente el tambor infectado de papelillos. Abro el filtro de mi preciosa lavadora nueva, es la primera vez que lo hago. Ni rechisto. No estoy en Ucrania. Entre la baba asquerosa que ha formado el papel mojado aparece una moneda de 50 céntimos.
Sonrio. Ulises se acerca a mi cara y me lame cariñosamente. Verme en el suelo le hace gracia. Piensa que voy a jugar...
-No Ulises, hay que seguir poniendo lavadoras.
Intento trabajar. No me concentro. Descargo el correo. Me abruman las tareas pendientes. Hoy toca cuidar.
Moha me mira aliviado cuando subo a explorarle. Obedece sin rechistar a las sencillas órdenes. - Abre la boca ... respira hondo... 37,4 º.
Le hago un zumo de naranja. - ¡Qué bueno está !
Intento trabajar.
Arriba, Moha se levanta al váter. Oigo su potente meada mientras la lavadora me avisa que el ciclo ha terminado.
Me levanto. ¿Qué sorpresa me espera?
https://www.youtube.com/watch?v=hyIq3EzMtIs
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