ME PASO LA VIDA DERRIBANDO PUERTAS COMPLETAMENTE ABIERTAS
INMA LUNA
¡Carita de luna llena! hoy pleno. A la carita rechoncha le añades los morritos de cerdo. ¿Estarán los míos tan suculentos como los que comimos hace unos años en Hervás?. Nos invitó el padre de Carlos. Cuando estaba vivo. Cuando podíamos viajar, compartir bares, mezclar familias. Cuando no mediamos grasas saturadas ni remordimientos por los cerditos cruelmente sacrificados...
¿Cómo se vivía sin mascarillas?
¿En qué fase de Kubler Ross me subo hoy? Debería haberlo negociado antes.
Voy al Aldi comprar las espinacas del potaje, huele a Semana Santa pandémica. Nos faltarán las sacrílegas procesiones y los devotos velatorios pero los platos tradicionales... ¡viva el potaje y las torrijas!
Es viernes, es fiesta, es San José, es pandemia, es invierno, es urticaria crónica.
El jueves enterraron a Manuel. Falleció en la residencia. Posible Ictus. Atendimos a su mujer por crisis de ansiedad. Manuel y Manuela. Gracias del destino.
Rebusco entre mis notas con la certeza de que escribí algo sobre Manuel hace años, cuando todavía venía a la consulta, en el inicio de su deterioro cognitivo.
12 de Octubre de 2016, Miércoles
Ayer vino a la consulta Manuel acompañado por su "bloqueada" mujer y una de sus cuatro hijas. Siempre me pareció que esta actitud desesperante de la mujer se debía a que no tenía "muchas luces".
Manuel comenzó su viaje demencial hace varios años ya, con una progresión imparable e inexorable por una causa mixta: Alzheimer y causa vascular en un cerebro suficientemente castigado por el alcohol. Además ningún tratamiento parecía efectivo -¿lo es alguno?- pero en su caso los efectos secundarios eran catastróficos , temblor, bradicardias extremas ...
Ahora está con rachas de agresividad y obsesionado con el alcohol, nos dice en un discurso embarullado y repetitivo que le molesta la garganta al tragar y que su amigo, "al que le pasaba lo mismo" le aconsejó hacer "gárgaras con vino y todas las molestias se le fueron".
Vienen a que ratifique el milagroso remedio.
Mis dos cabezas quieren imponer su voz, la Respondedora, se inclina por aconsejar que retire todos los donepezilos y quetiapinas y se emborrache a ver si se calma. La cabeza Organizadora me manda callar y escuchar.
-Está resultando imposible tenerlo en casa- murmura la mujer. Pero tengo miedo, mucho miedo...miedo a que vuelva a ser como antes...
-¿Antes? -
La hija, espectadora pasiva hasta ahora, espera a que los padres salgan de la consulta y da un paso atrás cerrando la puerta tras ellos. El temeroso "paso atrás" del familiar, el secreto revelado, la consulta sagrada...que se alargará hasta dios sabe cuando. No hay marcha atrás.
-Mi padre era un maltratador... - comienza.
- ...
-Maltrató brutalmente a mi madre... y a nosotras. Mis hermanas mayores, salieron en cuanto pudieron de casa. Todas hemos necesitado tratamiento psicológico. La mayor, que es la que más sufrió el maltrato, huyó con una pareja que resultó maltratadora también...
Mujeres "bloquedas", mis dos cabezas están de acuerdo en el veredicto, mujeres maltratadas. Sobre todo si al lado hay un hombre alcohólico...
Manuel, era solador y siempre que viene a la consulta, se vanagloria de "lo bien que puso las baldosas del suelo", pasea por la consulta a zancadas tomando medidas y explicando empalmes y pormenores. Al principio me reía con su delirio, sus baldosas de 40x40, sus ademanes con los brazos y sus piropos por su destreza y maestría...
Hoy no me hace gracia, pienso en su eternamente "bloqueada " mujer, siguiendo las explicaciones de su marido, con la mirada en el suelo, sintiendo la losa, la pesada losa, que ha llevado encima toda la vida, oprimiéndola, aplastándola, bloqueando su mente hasta no poder decidir.
-Tengo miedo... me da pena, pero tengo miedo y me da pena, me da pena, mucha pena. ..no puedo llevarlo a la residencia...
Poco después de esta consulta, Manuel ingresó en una residencia, donde seguía midiendo y colocando baldosas mientras su atrofiado cerebro le permitió. Finalmente un ictus agravó hace unos días su deteriorara situación.
- Ya ni comía... mi madre quería llevarlo al hospital pero nosotras decidimos que era mejor que siguiera en la residencia...- me dice su hija pequeña entre sollozos y lágrimas por el teléfono. - No sé si hemos hecho bien... -
Manuel, 84 años. Manuela, crisis de ansiedad. ¿Podrá desprenderse algún día de la losa ?